Querido Fabián: evidentemente Tamara me ha contado muchas cosas sobre Nuria, y yo me he hecho un gran amigo de ambas, Tamara es la mujer que me abrió los ojos ante mi propia vida, la que me dijo, es el momento de cambiar, así no vas a ningún lado mientras que tu eres el que acompañaste en ese sendero, Fabián, siempre lo sabías todo, no sabes lo que te necesitamos ahora. Ojalá volvieses, ojalá, peor sé que no es posible. Pero hoy te quiero hablar de Patricia, esa mujer tan estrafalaria, esa profesora que cambió la vida de todos nosotros.
Un día más se levantó de su cama para ir a ocupar el sitio de otro u otra, llevaba por lo menos siete años dando clase en Madrid y seguía siendo una simple sustituta, bueno por lo menos era feliz haciendo su trabajo, quizás no era la mejor profesora para sus superiores y era demasiado liberal dando clase, aún así se había ganado a sus alumnos, especialmente a Tamara, Mario, Fabián y a mi mismo, esos cuatro siempre unidos que parecían mucho más que cuatro simples amigos. Nos había cogido cariño.
Un día más en esa clase de locos, cada uno a su bola y esos cuatro con los ojos clavados en ella, Tamara estaba de la mano de Adrián y de la mano de Fabián, Mario en cambió les miraba y garabateaba en un cuaderno, estaba dibujando la clase, ese dibujo que le regalarían tres días después, el último día de clase.
-Bueno chicos, voy a parar de luchar, no me dejáis daros clase, pero os voy a hablar de lo importante que es la felicidad, siempre es importante, de cómo os deberíais ayudar unos a otros a ser felices. Porque si los que nos rodean no son felices, nosotros no podemos serlo-Patricia nos miró y nos sonrió como siempre, con esa sonrisa pura y clara que tenía a pesar de su edad su sonrisa y su mirada transmitían alegría y inocencia, mezcladas con algo de astucia aprendida por la edad seguramente- Pero chicos, aquí os enseñamos cosas que luego el que quiere las coge y el que no, no lo sacará nunca, quizás no os sea útil la sintaxis, quizás no os sea útil el álgebra, o no os sea útil saber que hace el ARN, pero sí hay una cosa que nos es útil a todos es saber como ser felices. Muchos dicen que se aprende a ser feliz siendo feliz, yo en cambio creo que para ser felices hay que luchar, en vuestras caras veo que ya habéis sufrido, muchos seguro que ya habéis sufrido y habéis pasado el primer amor, otros soñáis con él, o con ese momento que os confirme que ya estáis listos para volar fuera vosotros solos. Chicos lo único que necesitáis para ser felices, es a vosotros mismo, el yo tiene que ser fuerte, si estáis a gusto con vosotros mismo entonces podéis conseguir cualquier cosa. Las máscaras no sirven para ser feliz, solo sirven para estar cómodo, y eso no es la mitad de sorprendente que ser feliz ¿No creéis? Chicos, os animó a intentarlo, ser feliz es mucho más importante que saber quién es Dickens, y yo sé que sois muy capaces.
Al día siguiente, comiendo los cuatro nos contamos todo, absolutamente todo lo que ocultábamos, Patricia vino a comer con nosotros pasadas las vacaciones de verano, la habían destinado a otro sitio, aún así, a pesar de tener ya más de cuarenta años se hizo una de nuestras confidentes, los cinco habíamos formado un extraño vínculo, ella me apoyó incluso en los peores momentos, me apoyó cuando te fuiste Fabián, cuando todos te echábamos de menos. De todas formas su historia también se las trae…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
"si los que nos rodean no son felices, nosotros no podemos serlo". Me gustó esa frase que os dijo, al igual que para ser feliz hay que luchar, luchar mucho hasta las ultimas consecuencias.
Un beso cielo
Publicar un comentario