Pequeña historia invernal

Me acuerdo cuando me contaste esta historia Fabián. Siempre fuiste un gran narrador, justo debajo de aquel árbol que tanto vio….

Y esperando un abrazo se quedó sentado en el banco cubierto de la blanca y fina nieve que la ventisca derramaba sobre él. La larga noche seguía hacia delante, la nieve iba cubriéndole cada vez más… A la mañana siguiente encontraron un muñeco de hielo con forma de persona en ese banco…Nadie volvió a saber que fue de él.
Muchos dicen que el mal de amores le dejo allí para siempre, esperando su abrazo. Otros simplemente dicen que simplemente llego allí buscando un abrazo pasajero… Un consuelo momentáneo, fugaz para un dolor tan grande como esa estatua de hielo que dejó en ese banco. Pero yo creo que la verdad es que necesitaba el calor de un corazón para que el suyo no se congelase.


(Un pequeño descanso con El grupo, pero seguiré con ellos, no he terminado de presentarles a todos siquiera)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es posible que necesitara ese abrazo calido, ese corazón que calentara el suyo. Muchas veces necesitamos algo así, no sabemos pedirlo y muy poca gente se da cuenta de ello.

Un beso cielo